viernes, 11 de diciembre de 2009

Iruzur bikoitza (I Parte)

Parece mentira que el deseo tenga tanta intensidad como para qué con una mínima gota de paciencia se pueda conseguir.

- ¿Qué pretendes? ¿Por qué me has hecho esto? – Cuando esa persona me hizo algo que me impide ser feliz ahora, pienso que es indigna de merecer estar a mi lado. Pienso una y otra vez en volver atrás y rectificar en lo ocurrido para conocer a dicha persona. Siento las ganas de lanzarme al vacio, de dejar atrás todo, pero pienso en la gente que hay a mi alrededor, lo único que me mantiene con vida.

Imagino tener ese poder en la cabeza de poder olvidar todo y volver a empezar. Siento que puedo manejar mi cerebro como para borrar lo ocurrido, incluso lo sueño. Quiero quitarme de la cabeza esos recuerdos como sea. Noto como esto solo es ilusión, pero vivo de ella. Aquí es donde empieza lo inexplicable.

Me despierto un día, un fuerte dolor en el pecho me atiza nada más levantarme, lo ignoro. Cuando pasan los días me doy cuenta de que sigo igual, deseando lo mismo día tras día, pero no avanzo nada. Todo corre a mí alrededor, como si una estrella fuese. Me dejo ver solo de noche, me paso los días escondido. He cambiado mi hábito de vida solo por no verte.

Día que pasa, día que quito en mi calendario y pienso
- ¿Cuánto me queda? ¿Cuándo te llevarás tu merecido? –
Gracias a ello vivo, es mi única esperanza, venganza. El odio que siento y la venganza van juntos, pero solo hay una cosa que pueda cambiar esos sentimientos sobre ti y no eres tú. 

Ahora tú vives en la ignorancia, me mentiste, me engañaste, me traicionaste y eres tan feliz. Me has usado a tu costa, te has aprovechado de mí, yo caí como una rata, eres el error de mi vida y no me he dado cuenta a tiempo.

Nunca es tarde para acabar...